Los bosques lluviosos tropicales juegan un papel vital en el funcionamiento de los sistemas naturales del planeta. Los bosques regulan el clima local y global, mediante la absorción y creación de precipitación y el intercambio de gases atmosféricos. Por ejemplo, el Amazonas crea del 50-80% de su propia precipitación a través de la transpiración. La tala de los bosques lluviosos cambia la reflexion que ocurre en la superficie de la tierra, lo que afecta al clima global por el cambio en los patrones del viento y las corrientes oceánicas, ademas de cambiar la distribución de la precipitación.
El mar emite un gran número de sustancias que tambien son importantes en la actividad de la atmósfera y en la regulación del clima: el metano, el óxido nitroso, compuestos de azufre, de nitrógeno e hidrocarburos que forman aerosoles en la troposfera, compuestos halogenados que intervienen en la destrucción del ozono en la estratosfera.
Debido a que si hay más nubes, hay menos radiación solar que llega al mar, el azufre de origen oceánico tiene un efecto de enfriamento contrario al efecto invernadero. La cuestión que necesitamos resolver en si, a partir del cambio climático, cambiará la intensidad y la composición del aliento de los océanos y si eso contribuirá a frenar (retroalimentación negativa) o acelerar retroalimentación positiva) el calentamiento global.